A menudo,  la saturación de lo material nos pierde del  sentido  funcional de los objetos y nos lleva a coleccionar durante un tiempo más aquello que nuestra conciencia no permite. Pero a principio de curso, con una visión más práctica de lo que será el año escolar,  nuestra capacidad de ceder se vuelve  más vulnerable y abandonamos lo que ya no necesitamos  en la puerta de nuestra aula.

 

Nuestro centro, cada vez con más criterio medio ambiental,  reutiliza el material escolar de cada año e invierte un importante tiempo en hacer aquello que enseñamos a nuestros alumnos y alumnas: reducir, reciclar y reutilizar.

 

La iniciativa individual de años anteriores de nuestra seño Rosaura se está convirtiendo en una actividad más del centro. Hemos reunido más de un millar de lápices, ceras y rotuladores así como más de 200 carpetas, libros de textos, cuadernos, etc. Gran parte ha sido donado a la Parroquia de las Santas Margaritas, en Córdoba, ya que cuenta con una red humana importante que permite gestionar todo el material entre las familias más necesitadas. El resto ha sido donado a la biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Educación.

 

El propio alumnado ha participado en la clasificación, selección y embalaje de todo el material que ya disfruta de otras manos, de otras sonrisas.